En comunicación, la previsibilidad juega en contra de la eficacia del mensaje. Las buenas acciones de comunicación nacen siempre de una idea brillante. La acción inbound en marketing es contar algo ya sabido por todos de una manera diferente y desde una nueva perspectiva.
Hay mensajes importantes que se agostan –se convierten en campos yermos y baldíos- de tanto ser repetidos. La previsibilidad juega en contra de la eficacia.
¿Estamos de acuerdo en que en un vuelo las instrucciones de seguridad que se transmiten antes del despegue son información relevante? ¿Estamos de acuerdo en que, en caso de accidente, esa información podría ser vital?
¿Estamos de acuerdo también en que una amplia mayoría de los que se embarcan en un viaje de avión no presta atención a esas indicaciones que habitualmente son transferidas en vivo por el personal del avión, azafatos y azafatas?
No nos engañemos. Casi ninguno prestamos atención al teatrillo que la tripulación de cabina hace para enseñarnos cómo actuar en caso de accidente: la posición correcta en el asiento, el uso del cinturón, el inflado del chaleco y la utilización correcta de la mascarilla de oxígeno.
¿Por qué este tipo de mensaje relevante pierde fuerza y es desoído y desatendido de manera abrumadora por la mayoría? Varios son los factores. De un lado, la previsibilidad. Quien más quien menos ha cogido, a estas alturas de la vida, un vuelo o más; conoce el rito y desoye la información porque, casi siempre, se transmite de la misma manera: de forma mecánica, rutinaria, sin pizca de novedad ni de gancho.
De otro lado, lo que en retórica se llama la ‘captación de benevolencia’, es decir, la generación de expectación, es mínima. Al tratarse de un acto ya sabido, ya visto innumerables veces por quien utiliza el avión con cierta frecuencia –no digamos ya si es asiduo- no se le presta atención.
Por último, incide el factor psicológico. Todos pensamos que poco podrán hacer por nuestra vida el chalequito de marras y la mascarilla –no hablemos ya del cinturón- en caso de avería y caída libre de la aeronave.
Las buenas acciones de comunicación nacen siempre de una idea brillante. Y la compañía British Airways ha tenido, a nuestro entender, una idea excelente y la han llevado a la práctica.
Cogí la semana pasada un vuelo de Bilbao a Londres y me llevé una grata sorpresa que me hizo pensar. Justo antes del despegue, esperaba ver la ‘performance’ habitual de azafatas y azafatos, y me encontré, en su lugar, con un vídeo genial.
La estrategia comunicativa de la British me pareció buenísima. Han recurrido al humor, han modernizado el mensaje y lo han hecho, atención, ¡atractivo!
Me quedé imantado viendo el vídeo. Y, por primera vez en mi vida, seguí con interés la retahíla de seguridad. Han convertido un acto de comunicación aburrido, previsible, carente del más mínimo interés en un video –emitido en las pantallitas del avión- divertido, entretenido, interesante y bien facturado.
La reflexión, para quienes nos dedicamos a aportar valor al producto a través de la comunicación, fue inmediata. Se puede innovar, se puede sorprender, se puede ser eficaz y llegar a tu público / cliente si planteas una estrategia basada en un objetivo y la llevas a cabo con una acción rompedora y bien hecha.
Dándole la vuelta al dicho antiguo, la letra con humor entra. Los ingleses, además de por el té de las cinco, conducir por la izquierda, su flema y su soberbia, son conocidos por su humor.
Y eso es lo que ha hecho la British con este video de las instrucciones de seguridad en sus vuelos. Introducir el humor. Hacer marketing inbound, es decir, contar algo que es ya sabido por todos de una manera diferente y desde una nueva perspectiva.
El vídeo no tiene desperdicio. Es un ejemplo de buena comunicación y por eso lo compartimos. ¡Abróchate el cinturón, dale al play y disfruta del vuelo!