Público objetivo es un término utilizado en marketing y publicidad que hace referencia al posible consumidor del producto de una marca. Dicho de otra manera, es el cliente ideal al que queremos llegar cuando ponemos en marcha una campaña o cuando lanzamos un producto al mercado.
Identificar al público objetivo no garantiza el éxito pero ahorra esfuerzos, dinero y, con seguridad, más de una frustración. Por tanto, es imprescindible arrancar poniendo negro sobre blanco, y ajustar la descripción de ese cliente potencial al que vamos a dirigirnos.
No intentes convertir en público objetivo al conjunto de la población mundial. Lo mismo jóvenes, que jubilados, que grandes empresas o pequeños comercios. Siendo tan pretencioso sólo conseguirás generar confusión, desinterés y desconfianza hacia tu producto o servicio.
Público objetivo
Hay una máxima en marketing que dice que la única manera de acertar es probar, probar y probar. Dedica un tiempo a medir la atención que despierta tú propuesta de valor en aquellos sectores que consideres que tienen un interés potencial.
En esas respuestas empezarás a encontrar señales reales de cuál es el tu campo de juego. Y te marcarán las guías para desarrollar tus acciones futuras.
Africa Lucena, en su blog Una idea brillante, nos propone algunas pautas:
- Piensa a quién le puede interesar tu propuesta de valor.
- Imagina que es lo que necesita.
- A partir de ahí, crea mensajes que lleguen a tu público.
- Hazle saber que tienes la solución. En la forma de producto o servicio que tú le des. Y que le puedes ayudar a resolver su problema o necesidad.
- Dile quién eres, qué haces y sobre todo déjale claro cuál es tu propuesta de valor.
- Para qué nos puede contactar si nos necesita ahora o en el futuro.
- Dale a conocer aquello en lo que eres especialista, aquello que sabes hacer o solucionar mejor que nadie. Incluso aquello que eres capaz de crear especialmente para él, para tu cliente ideal.
- Importante: transmite a tu público objetivo cómo contactarte (móvil, e-mail, redes sociales).
De los resultados de este trabajo irán saliendo los trazos que definan el retrato de tu público objetivo. Irás centrando poco a poco la imagen del cliente ideal al que quieres dirigirte. A partir de aquí, lo que toca es medir y analizar el resultado de las acciones planteadas. Algunas darán mejores resultados y otras no tanto.